COMUNICADO MESA DE ENLACE GUALEGUAYCHÚ: NUESTRA POSTURA.

En el marco de una serie de acciones encaradas desde el Ejecutivo Municipal que afectan sensiblemente al conjunto de los productores rurales de la ciudad, la Mesa de Enlace local, integrada por la Sociedad RuralGualeguaychú (FARER), la Federación Agraria Argentina y la Sociedad Rural Argentina se ven en la necesidad de transmitir a los vecinos su postura al respecto.

En virtud de la sanción de la ordenanza que prohíbe el uso de fitosanitarios en el ejido y en concordancia con ello el lanzamiento del Plan de Alimentación Sana, Segura y Soberana (PASSS), resulta imperioso expresar lo siguiente:

  • Estamos de acuerdo con producir con los controles necesarios, con normas de seguridad y cumpliendo con lo que marca la ley respecto de las aplicaciones agronómicas que están autorizadas por los distintos estamentos científicos y sanitarios del Estado Nacional y Provincial. El cuidado del medio ambiente y la salud de nuestros productores y de los vecinos está por encima de todo.
  • La prohibición de aplicación de fitosanitarios reza sobre el éjido de la ciudad, que abarca una superficie de 33 mil hectáreas, donde 17 mil pertenecen a la zona rural, 9 mil a la de chacras y el resto a la urbanizada. El dibujo del éjido –realizado hace décadas y en otro contexto político, urbano y productivo- es tan subjetivo y caprichoso que incluye parcelas cercanas a Arroyo Verde pero sus límites rozan zonas urbanizadas como Sarandí.
  • Los productores estamos de acuerdo con una normativa que establezca un anillo que restrinja puertas adentro las aplicaciones, o sea en la demarcación urbana y suburbana. Pero eso hoy no ocurre, se ha prohibido de un plumazo que cientos de productores agropecuarios no puedan desarrollar más su actividad.
  • No se fue preparando y advirtiendo al productor para que vaya mutando de actividad productiva. No hubo gradualismo. Hay cientos de productores perjudicados por una norma que prohíbe pero que no presenta alternativas. Esta Mesa de Enlace las fue a solicitar ante los funcionarios municipales y la respuesta fue que para lo inmediato y lo mediato no podían articular soluciones.
  • Estamos hablando de productores que trabajan, proyectan e invierten y hoy vemos que cientos de familias ven amenazados sus ingresos y sus tierras ante la suspensión obligada de sus actividades. Debe tenerse en cuenta -ya que desde la Municipalidad no lo hicieron-, que hay productores comprometidos con arrendamientos; con contratos a futuro; inversiones proyectadas; insumos y maquinaria comprada. ¿Cómo hacen para deshacer el trabajo y el esfuerzo de años? ¿Cómo reconvierten sus unidades productivas de la noche a mañana?
  • Vale aclarar que cuando se actualizó el Impuesto Inmobiliario Rural –con un incremento del orden del 600 %- se estipuló que aquellos campos que eran aptos para cosechar soja debían pagar el máximo establecido. O sea, el sistema tributario giraba en torno la producción sojera –fitosanitarios mediante- y a los dividendos que ésta daba. Ahora bien ¿Cómo van a hacer los productores para pagar un impuesto que está calculado con las ganancias de la soja cuando no se les permite sembrar? Cortando camino lo respondemos: no van a poder cumplir con sus obligaciones.
  • El modelo agropecuario que hoy existe en todo el país y donde Gualeguaychú y Entre Ríos están incluidos -con una  presión tributaria desorbitante- fue impulsado y aprovechado por los últimos gobiernos. Las administraciones municipales locales no han sido ajenas ni a la línea política nacional que fogoneó durante años este sistema productivo, ni tampoco ha rechazado durante más de una década los fondos de la soja provenientes del sistema de siembra directa demonizado por estos días. Por ello, y si bien la actual gestión comunal tiene derecho a cambiar de opinión, no es justo que entre gallos y medianoche se deje a cientos de productores sin salida.
  • Tanto en la aprobación de la ordenanza como en el lanzamiento del PASSS, encontramos a los responsables de ambas iniciativas hablando en las reuniones que mantuvimos con ellos y en los medios de comunicación, de que son medidas “simbólicas”. Y más grande fue nuestra sorpresa cuando leímos en el diario El Día del 24 de abril que el intendente aseguraba que nuestra postura es declarativa, sabemos que de un día para el otro no se puede modificar el modelo productivo, y es en este sentido en que los invito a trabajar juntos, reconociendo los temas que a la gente le importan”. Obviamente que estamos de acuerdo en encontrar soluciones en conjunto y en ese marco hemos acudido a todos los encuentros con las autoridades municipales. Lo que cabe preguntarse es: ¿Si el intendente sabe que de un día para otro no puede cambiarse el sistema productivo, por qué deja sin margen de maniobra a cientos de productores locales de un día para otro?
  • No creemos que exista mala fe de parte de la Municipalidad, sino que entendemos que no han comprendido la complejidad ni la dimensión de la situación. En este sentido, y tomando declaraciones periodísticas del concejal del Frente para la Victoria, Sebastián Díaz, éste señala que serían 3 mil las hectáreas que trabajan con siembra directa en el éjido. Ese número dista mucho de realidad, ya que serían cinco veces más. Asimismo, la cantidad de productores perjudicados también es sensiblemente mayor al que desde el oficialismo municipal se pensó en los orígenes de esta iniciativa.
  • En lo que respecta puntualmente al PASSS participamos de una reunión con los responsables de instrumentar el mismo, ya que sería la herramienta sustitutiva del actual modelo y los cientos de productores locales afectados necesitan una salida urgente. Para sorpresa nuestra, se nos indicó que el PASSS está en una etapa de relevamiento y que no es posible aventurar ni siquiera un año de puesta en marcha concreta del Plan. Ergo, no hay ideas sustitutas en el corto plazo para los productores afectados.
  • Respecto de las ideas agroecológicas que son muy interesantes, es necesario explicar que pueden servir para una huerta pero no son aplicables en el sistema productivo argentino actual a gran escala. Si no se trabaja a nivel macro, o sea en el país, hacia un cambio sustancial en las formas de producción estamos castigando a los productores de nuestra ciudad sin brindarles alternativa alguna y se los pone en clara desventaja con sus pares del resto de la Argentina.

Por último, queremos dejar expresamente claro que estamos a favor de una producción sana, controlada y donde la salud de la población sea un norte irrenunciable. Pero no podemos quedar impávidos ante la demonización de nuestros productores. Ojalá que de aquí en más podamos avanzar junto a la Municipalidad en acciones y normas que sean superadoras, eficientes y aplicables, sin perjudicar a nadie y en beneficio de todos.